Sin igualdad no hay justicia ni democracia.
Sin igualdad no hay justicia ni democracia. Es obligación del los gobernantes cumplir los mandatos constitucionales de igualdad (que no haya cada vez más ricos y pobres sino todo lo contrario, que haya cada vez más reparto equitativo de la riqueza y por tanto menos diferencias salariales), trabajo para todos (no aumentando la edad de jubilación sino todo lo contrario, redistribuyendo la riqueza de forma adecuada es más que posible y factible hacerlo, por eso hay que exigirle a los gobernantes que lo hagan).
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